El reloj público, símbolo emblemático de Guayaquil

La torre del reloj o reloj público es uno de los patrimonios que posee Guayaquil, localizado en la torre Morisca del malecón Simón bolívar de Guayaquil y es considerado un ícono histórico de la Perla del Pacífico.

La torre Morisca lleva ese nombre porque los ornamentos, las ventanas y el arco de la puerta tienen formas de la arquitectura morisca.

Tras varios años sin escuchar el sonar de las campanas del reloj, fue el primer reloj público que tuvo Guayaquil, traído de Bélgica en 1732, la cual fue instalado en la torre de la Casa de las Temporalidades, situada en las calle clemente Ballén y Chimborazo, aunque este no daba las horas y se limitaba a señalarlas. Por debajo de él vivía un campanero que halaba la soga y hacía sonar la campana cada hora.

En el año de 1906, el reloj es trasladado y situado en la orillas del malecón justo en el nacimiento de la Av. 10 de agosto, y es ahí donde el cabildo dispuso que se le agregaran dos pisos más para que el reloj pudiera ser visto desde mayor distancia.

Esta torre paso por varios lugares de Guayaquil, ya que tras eso también no resistió su propio peso y se destruyó, pero finalmente el 1 de agosto de 1930, se inició la construcción de la torre actual, inaugurada el 24 de mayo de 1931.

Como no darse cuenta de esta obra histórica de Guayaquil, si centenares de personas se dan citas todos los días en el malecón, para maravillarse con el despertar de las campanas y que inyecta alegría a los asistentes, aprovechando el momento de llevarse ese hermoso recuerdo con una fotografía.

Añadiendo a su alrededor hermoso paisaje como es el rio Guayas y diagonal se observa el cerro santa Ana, pero como dejar atrás la sombra de los árboles y el ruidoso sonido de los carros que transitan a cada momento, que pese a eso se lleva una gran satisfacción de visitar en familia.

Se encuentra abierta de lunes de viernes en el horario de 08:30 a 17:00, y en ella se pueden ver exposiciones de fotos de Guayaquil antiguo. De todas formas se puede observar el exterior de la torre con su reloj en cualquier momento, que por cierto es muy interesante.